miércoles, 19 de enero de 2011

El oro y los Romanos

Con la llegada de los romanos el oro pasó a ser extraído de la naturaleza a través de explotaciones en donde se movieron millones de toneladas de roca y tierra que eran lavadas con las aguas de los arroyos y de ríos que desviaban expresamente para este fín.
Es frecuente encontarse por estas comarcas con senderos de poco más desnivel que un dos% denominados, "antiguas". 
Los Atrabros o Arotreas extraían el estaño y el oro que arrastraban los arroyos y los ríos, valiéndose de cibras de cetería y recipientes o bateas seguramente de madera. Antes de la conquista romana sólo se explotaba el oro de los placeres fluviales, ya que las joyas aparecen asociadas a la periferia costera de todo el noroeste, en ralación con los cursos bajos de los ríos o depresiones sedimentarias del interior, donde era fácil el Bateo en los ríos. Los romanos, utilizaban el bateo como mera técnica de prospección, para determinar la ubicación de los filones.
Descubiertos los yacimientos comenzaba el complejo y laborioso proceso del trazado y construcción de una red hidráulica de canales y depósitos por la que, con el continuo discurrir del agua, se conseguía la extracción, arrastre y lavado del material. Esta explotación se hacía en varias fases que se iban superponiendo, quedando  los canales de las fases laboreo más bajos, cortados por los de las etapas superiores. Hoy en día se pueden observar los argallos (desprendimientos) producidos en las laderas de los montes por las inyecciones de agua canalizada, que podían acabar destruyendo la montaña (ruina montium). Los canales y lavaderos del mineral de Lavadoria y Santiago de Cerredo, las grandes explotaciones de la "Sierra de l´Ouro" entre Navelgas y Naraval o los canales y epósitos de la "Presa del Moro", dan fe de los esfuerzos realizados para la obtención del preciado metal.



Dosier de prensa ( Campeonato Mundial de Bateo de Oro)
Navelgas-Tineo (Asturias).

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